Por Redacción
Washington / Caracas, 30 de diciembre de 2025. – La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos llevó a cabo un ataque con drones contra una instalación portuaria en la costa de Venezuela a finales de diciembre, marcando la primera operación militar estadounidense conocida en territorio venezolano durante la administración Trump. El objetivo fue un muelle remoto que, según funcionarios estadounidenses, era utilizado por la banda transnacional Tren de Aragua para almacenar narcóticos y prepararlos para su traslado en embarcaciones.
El ataque ocurrió probablemente el miércoles 24 de diciembre (Nochebuena), y no se registraron víctimas mortales ni daños colaterales humanos, ya que el lugar estaba vacío en el momento del impacto. Fuentes consultadas por CNN y The New York Times confirmaron que la operación destruyó la infraestructura y las embarcaciones asociadas, aunque la describieron como “mayormente simbólica” dado que Venezuela cuenta con múltiples muelles similares usados por narcotraficantes.
El presidente Donald Trump reconoció indirectamente la acción en varias ocasiones. En una entrevista radial el 26 de diciembre, mencionó una “gran explosión” en “el muelle donde cargan los barcos con drogas”, y el lunes 29 reiteró ante periodistas que EE.UU. había atacado “el área de implementación donde cargan las embarcaciones con drogas”, negándose a especificar si fue la CIA o el ejército. Trump había autorizado previamente operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, incluyendo planificación de misiones en el país.
Contexto de la operación
La acción forma parte de la Operación Southern Spear (Lanza del Sur), una campaña antidrogas intensificada por la administración Trump que incluye más de 30 ataques contra embarcaciones sospechosas en aguas internacionales del Caribe y Pacífico oriental (con al menos 107 muertes reportadas en esas acciones). Hasta ahora, las operaciones se limitaban a mar abierto, pero este ataque en tierra representa una escalada significativa contra el gobierno de Nicolás Maduro, al que Washington acusa de vínculos con narcoterrorismo.
El Pentágono ha desplegado drones MQ-9 Reaper en la región (principalmente desde bases en Puerto Rico) para apoyar estas misiones, y la inteligencia fue respaldada por operaciones especiales de EE.UU. El Tren de Aragua, designado como organización terrorista extranjera por Washington, es el objetivo específico de esta operación, según las fuentes.
Reacciones y silencio venezolano
El gobierno venezolano no ha confirmado ni desmentido el ataque de manera directa. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, denunció en general “acoso, amenazas y ataques” por parte de EE.UU., pero no hizo referencia específica al incidente. No hay reportes independientes en medios venezolanos sobre explosiones o daños en la costa durante esas fechas, lo que sugiere que la operación fue discreta y limitada.
La CIA declinó comentar, y la Casa Blanca no ha emitido un comunicado oficial detallado. Analistas ven el ataque como un mensaje directo a Maduro y al Tren de Aragua, en medio de la presión por bloqueo naval a petroleros venezolanos y amenazas previas de Trump de acciones terrestres. Expertos en narcotráfico señalan que Venezuela sigue siendo un punto de tránsito secundario para drogas (principalmente cocaína), con el grueso del flujo hacia EE.UU. originado en Colombia y procesado en México.
Esta operación podría aumentar las tensiones bilaterales y complicar cualquier diálogo futuro, aunque Trump ha mencionado conversaciones recientes con Maduro. La escalada se produce en un contexto de designación del Tren de Aragua como amenaza terrorista y la expansión de autoridades CIA en América Latina autorizadas por Trump a principios de 2025.