Por Luis Martínez Alcántara

Nina Sergeyevna Kulagina, nacida en Leningrado en 1926, fue una mujer soviética que afirmó poseer habilidades psíquicas, especialmente la telequinesis, es decir, la capacidad de mover objetos con la mente.

Durante la Segunda Guerra Mundial, se unió al Ejército Rojo a los 14 años, sirviendo en un regimiento de tanques. Tras la guerra, se convirtió en ama de casa y comenzó a notar fenómenos extraños a su alrededor, como objetos que se movían sin explicación aparente, especialmente cuando estaba enojada.

En la década de 1960, Kulagina fue objeto de numerosos estudios por parte de científicos soviéticos interesados en sus supuestas capacidades psíquicas. Se realizaron filmaciones en blanco y negro donde se le veía mover objetos sin tocarlos, separar yemas de huevo sumergidas en agua y detener el latido del corazón de una rana. Estos experimentos se llevaron a cabo bajo condiciones controladas, y se informó que participaron alrededor de 40 científicos, incluidos dos premios Nobel.

Kulagina describía que, para manifestar sus habilidades, necesitaba un periodo de meditación para despejar su mente. Durante la concentración, experimentaba dolor agudo en la columna vertebral y visión borrosa. Afirmaba que las tormentas interferían con su capacidad para realizar actos psicoquinéticos. Uno de sus experimentos más famosos ocurrió el 10 de marzo de 1970, cuando, según informes, logró detener el corazón de una rana mediante la concentración mental.

En 1987, Kulagina demandó por difamación a una revista del gobierno soviético que la había acusado de fraude. Ganó una victoria parcial, ya que el tribunal determinó que los periodistas no tenían pruebas directas de sus engaños. Sin embargo, este fallo no confirmó la autenticidad de sus supuestas habilidades psíquicas.

A pesar de la controversia, Nina Kulagina sigue siendo una figura enigmática en la historia de la parapsicología. Sus habilidades desafiaron las explicaciones científicas convencionales y generaron debates sobre la existencia de fenómenos psíquicos. Aunque no se ha demostrado de manera concluyente la autenticidad de sus poderes, su caso continúa fascinando a investigadores y entusiastas de lo paranormal.

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